lunes, 13 de octubre de 2008

Todo Junto

El viernes pasado fue la inauguración de Todo Junto muestra en la que expongo apuntes, dibujos, historietas y un mural en el que estuve trabajando varios días.
Posteo algunas fotos del proceso, del montaje y de la inauguración, que no hubieran sido posibles sin la ayuda de: Juani, Ernán, Claudio, Ariana, Agnese, Rafael, Nina, Jerónimo, Alejo, Piero y Carlota, las mejores fotos son de Gaba; muchísimas gracias a todos los que me ayudaron y a los que vinieron a acompañarme en el brindis.

Paso también un link de una reseña alucinante que hizo Paula de Uzumaki, y otro con una reseña de Alejo Campos, gracias!

Para los que quieran pasar a ver Todo Junto repaso la data: LDF espacio de arte, Perú 711, dto. 3, miércoles a sábado de 18 a 21 hs.

Funciones de kamishibai: La pequeña vendedora de fósforos de Hans Christian Andersen, versión de Renata Lozupone y Delius; los sábados 18 y 25 de octubre y 1 de noviembre, a las 19.00 hs; entrada libre y gratuita.


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Addenda al 26 de noviembre de 2008: Rafael escribió un hermoso texto sobre la muestra que posteo a continuación, muchas gracias Rafa, es emocionante leerlo.
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Found in the Space
Sobre Todo Junto de Delius

So better take the keys
and drive forever
Humpty Dumpty, Aimee Mann

Durante mucho tiempo (meses, años) escuchamos Lost in the Space, de Aimee Mann, a veces de forma obsesiva. Creo que inconscientemente y con esa magia tácita de las complicidades, se convertía de a ratos en el soundtrack que preferíamos para nuestras vidas. Sin embargo jamás hablamos lo suficiente del booklet de ese disco, donde brillan las conmovedoras viñetas y una historieta demoledora del siempre inspirado Seth, uno de los artistas del staff de Drawn & Quaterly que más me sigue emocionando. Sucede algo muy genial cuando no necesitás hablar mucho de un tema (de impresiones súbitas, de pequeñas y fugaces percepciones, de sentidos posiblemente demasiado alambicados para el resto del mundo) y sin embargo sabés que el otro conecta con vos de la mejor manera. En ese matiz que, para explicárselo a los demás, necesitarías varias docenas de palabras y aún así tendrías dudas acerca de la fidelidad de tu transmisión.

Este territorio de intempestiva cercanía es el que traza Todo Junto, la muestra que Delius realizó este año en LDF. Su primera exhibición individual. Varias veces comencé este texto (en cuatro cuadernos diferentes) y fallé. No me convencían las frases. El sitio en el que me situaba para hablar de sus obras. Mi deseo era escribir una suerte de exploración interna sobre este planeta tan particular, pero un “no sé qué” se me iba siempre de las manos. Sin embargo, de mis intentos aprendí una lección: nada más complejo que saber dónde empieza tu yo y dónde se pierde cuando también es tu propia intimidad la que aparece expuesta. Y digo intimidad en todos los sentidos. Refugio, aventura, memoria, amor, vida. Una exposición que guarda lo que más adorás de todos los años que llevás en este mundo.

Toda privacidad (ya con uno mismo o con los demás) posee su delicada biología. Esas son las transformaciones que Delius capta en toda su dimensión. Volvamos a Lost in the Space. ¿Cuándo dejamos de estar perdidos en el espacio? ¿Cuándo el espacio nos susurra su familiaridad? En el momento en que desciframos su lengua. Cuando comenzamos a comprender qué es lo que nos viene diciendo. Delius navega por esa lengua como nadie. Un idioma que es lo absolutamente diverso al costumbrismo, ya que nada tiene de su archiconocida y mecánica pretensión de sociabilidad.

Es en esta diferencia que la narrativa de Delius sigue estando tan cerca de la poética de Julie Doucet: cada cotidianeidad se devela necesariamente como única. No por otra razón necesita ser narrada una y otra vez. Y siempre hipnotiza más.

Esta es una de las razones por la cual Todo Junto es un sistema compuesto de tres módulos interconectados. Se trata de la misma lengua visual, en tres traducciones diferentes. Los relatos de su cuaderno rosa (las historietas y los inventarios y recetas), los íconos de fino trazo dorado y la versión kamishibai del tristísimo cuento de Andersen. Cada conjunto nos recuerda que nuestra cotidianeidad es un flash. La materia cultural y afectiva de la que estamos hechos.

En verdad cada una de esas zonas comprende muchas otras, que podríamos enumerar de mil maneras: las crónicas de una chica embarazada, los destellos y dificultades de una madre treintañera, las observaciones de una artista embelezada con esos detalles que por tan evidentes se invisibilizan, la memoria de los objetos, la pasión por la gráfica, la felicidad de caligrafiar, la investigación por las líneas que siempre salen de paseo, la proustiana recuperación de sabores y destellos invariablemente impredecibles.

No puedo evitar que en mi cabeza todo se mezcle: ahí conviven el testigo que fui (como cuando transformamos hojas de árbol en silbatos una tarde de otoño en San Bernardo), el protagonista asombrado (el momento shockeante y mágico en que nació Nina Delú), el observador admirado (el recuerdo de Delius releyendo una y otra vez la prosa de Andersen) con un amor multiplicado por la deliciosa transformación en imágenes de tinta y lápiz que ya me resultan tan potentes como sus inspiradoras.
Poner en palabras (en mis palabras) a Todo Junto posiblemente sea la tarea más sencilla y por eso mismo más compleja que me propuse en muchos años. Me sé parte de esas líneas. De unos inolvidables trazos que no hacen más que asimilarme a lo que más quiero en la vida.

Podría seguir escribiendo, pero Delius ya lo hizo.
Y mucho mejor.

Rafael Cippolini
Noviembre, 2008
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